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Caída de la natalidad: una oportunidad de apostar a la calidad educativa

La Oficina Regional de UNESCO en Santiago y el Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación en América Latina y el Caribe (IIPE) dedicaron un espacio de análisis al impacto de la caída demográfica en los sistemas educativos de la región. Un panel de especialistas compartió experiencias de Argentina, Colombia y Uruguay.

Alejandra Cardini, jefa de Oficina en IIPE UNESCO, inició el encuentro indicando que América Latina atraviesa una transformación demográfica sin precedentes. “En apenas una década, la región experimentó una caída sostenida y acelerada de la fecundidad que hoy se traduce en menos nacimientos y en una reducción progresiva de la población en edad escolar”, precisó.

Cardini indicó que entre 2015 y 2023, se registraron 1.2 millones menos de nacimientos en la región, y que las proyecciones apuntan a que hacia 2030, habrá 11.5 millones menos de niños, niñas y adolescentes en edad escolar respecto del 2020.

En este sentido, sostuvo que esta realidad empuja a los sistemas educativos de la región a centrar su planificación en un contexto inédito de menor demanda.

Por su parte, Martín Scasso, especialista en información educativa de
UNESCO Santiago, afirmó que no existe otra región del mundo donde haya descendido de manera tan acelerada la natalidad. “Esta tendencia está cambiando la fisonomía de los sistemas educativos de la región”, alertó.

El especialista destacó que es necesario actuar desde el planeamiento educativo a instancias de la nueva realidad, ya que de lo contrario se suscitarán problemas asociados al desconocimiento de la nueva coyuntura, a lo que denominó “una contracción desordenada del sistema educativo”.

Entre las posibles situaciones derivadas de la carencia de planificación, mencionó la posibilidad de estructuras educativas sobredimensionadas, cierre de escuelas, construcción de nuevos centros educativos a contrapelo de una matrícula en descenso, distribución inequitativa de recursos, competencia entre centros para captar una demanda reducida, y docentes sin oportunidades laborales, entre otras.

Con el cometido de contrarrestar estas situaciones, hizo un llamamiento a visualizar este contexto como una oportunidad para avanzar en innovaciones, “con un esfuerzo quizá menor del que podría requerirse en otros escenarios”.

De esta manera, argumentó que es preciso proteger la inversión en la educación e incluso ampliarla. “Nuestros sistemas educativos arrastran demasiadas deudas en términos de inclusión, calidad y equidad, y eso necesita de fortalecer y redoblar esfuerzos”, fundamentó.

Por otro lado, consideró que la disponibilidad de información para poder planificar adecuadamente desde el territorio, en atención a la heterogeneidad de situaciones que se presentan en esta transición, es otro aspecto fundamental a tener en cuenta.

 

El caso uruguayo

El director de Planeamiento Educativo de la ANEP, Andrés Peri, expuso el caso uruguayo con una presentación titulada: “Proyección de población en edad escolar”.

Al inicio de su ponencia, Peri afirmó que la proyección de la población en edad escolar constituye una dimensión clave del planeamiento educativo, ya que permite estimar con cierta precisión la población futura a escolarizar.

El director indicó que en nuestro país, la primera proyección utilizando datos de estadísticas vitales se realizó en el 2005, con la primera caída de la fecundidad, y la segunda en 2021, cuando resultó notorio que las proyecciones oficiales distaban de los nacimientos registrados.

Luego del censo realizado en el año 2023, el Instituto Nacional de Estadística emprendió nuevas proyecciones hasta el 2070 para toda la población uruguaya.

Peri dio cuenta que en Uruguay, en la década de los ochenta se registraban alrededor de 55.000 nacimientos anuales, mientras que en 2024 casi 30.000.

Con respecto a la cantidad de estudiantes de 3 a 17 años, señaló que en 1996 se contabilizaban 800.000, en la actualidad 673.000 y la proyección indica que hacia 2070 esta cifra se reduciría a la mitad. La caída ya será notoria durante este quinquenio, estimándose que podría decrecer a 591.000 estudiantes hacia 2030.

En relación a la incidencia de la disminución de la matrícula en la educación Inicial y Primaria, Peri planteó dos escenarios respecto al impacto de esta realidad en el plantel docente en la educación pública urbana para el año 2040.

Por un lado, estimaron cuál sería el tamaño medio de un grupo de educación Inicial sin alterar la cantidad de docentes actual. La proyección indica que para 2030, el grupo sería de 15.8 estudiantes y en 2040 de 17.7, en contraste con 2025 donde los grupos ya se redujeron a 18.7 alumnos.

En tanto, explicó que en educación Primaria la reducción se cristalizará entre 2025 y 2030. En la actualidad, el promedio de niños por grupo es de 21.3, mientras que para 2030 se estima que será de 16.3 y en 2040 de 15.6 estudiantes.

En lo que atañe a la segunda simulación, que contempla mantener el tamaño medio de grupo, se preguntó cuántos cargos docentes se liberarían.  

En Inicial, indicó que entre 2025 y 2030 se pasaría de 3.513 docentes a 2.974 con grupo a cargo, lo que implica que 539 docentes podrían pasar a desempeñar otras funciones dentro del sistema educativo, de acuerdo a su planteamiento.

“En Primaria está sucediendo ahora: de los 10.262 grupos que tenemos actualmente con docentes, si mantenemos el tamaño medio de grupo en 18, se liberarían 2.416 funciones, una reducción de casi un sexto”, precisó.

 

Oportunidades de mejora

“Para Inicial se abre un período de bono demográfico que brinda importantes oportunidades de introducir mejoras en la calidad de la enseñanza: extensión del tiempo pedagógico, reducción del tamaño de grupo, estrategias focalizadas de aprendizaje, mejora de la promoción, mejora de los aprendizajes y reducción de las inequidades educativas”, valoró.

El especialista explicó que en la educación Media Básica y Superior, el impacto de la caída de los nacimientos comenzará a observarse entre el final de la década de 2020 y mediados de la década de 2030. En estos niveles se esperan reducciones importantes de su población al 2030.

“A diferencia de lo que ocurrirá en la educación Inicial y Primaria, aquí existen mayores márgenes para un incremento de la cobertura –especialmente en Educación Media Superior- y para una mejora del tránsito por los grados escolares”, matizó.

“La previsibilidad del cambio demográfico abre la oportunidad para pensar cuál es la mejor manera de encarar esta ventana de oportunidad. El ejercicio de simulación muestra que los tamaños medios de grupos, tanto de Inicial como de Primaria, ya están dentro de los óptimos recomendados, por lo que parece más conveniente liberar recursos humanos para apoyar el cursado”, opinó.

En este sentido, subrayó que el sistema educativo debería fortalecer los centros educativos con nuevas figuras pedagógicas sin grupo a cargo, que permitan acompañar las trayectorias de los estudiantes y asegurar que todos alcancen los objetivos de logro esperados.

 

El fenómeno colombiano

Darío Maldonado, profesor asociado especializado en educación, economía laboral y políticas sociales de la Escuela de gobierno Universidad de Los Andes, expuso acerca de cómo asumir los retos educativos actuales frente al cambio demográfico y la educación en Colombia.

“Entre 2015 y 2024, hubo una caída de 14.39 en la natalidad. Entre 2022 y 2023 aproximadamente 1 millón de personas emigraron del país. Existe una necesidad de responder con la política educativa, mejorando la productividad para no poner en riesgo las finanzas públicas, mantener las políticas sociales y pensionales y la productividad”, indicó.

Maldonado afirmó que este cambio demográfico presenta una oportunidad para rediseñar el sistema educativo, ya que habilita la posibilidad de mejorar la calidad y expandir programas de jornada única y alimentación escolar, fomentar metodologías activas, innovar tecnológicamente y propiciar ambientes flexibles para un aprendizaje efectivo, lo que permitiría “garantizar equidad, eficiencia y un desarrollo sostenible”.

“Un menor número de estudiantes reduce la presión sobre la infraestructura escolar existente y abre oportunidades para reorganizar el sistema educativo”, fundamentó.

Al igual que Peri, señaló la posibilidad de reasignar docentes de acuerdo a las proyecciones para fortalecer otras debilidades del sistema educativo. También hizo énfasis en la necesidad de robustecer la formación docente, con el objetivo de enfrentar los nuevos desafíos pedagógicos, tales como cambios de niveles y uso de pedagogías más efectivas.

“Se necesitan estrategias para consolidar instituciones educativas sin afectar la calidad educativa y manteniendo la presencia de la oferta en todo el país. Para esto, la estructura actual con instituciones educativas y sedes educativas puede ser útil, pero será necesaria una revisión acelerada de esta organización”, consideró.

 

Realidad próxima

Samanta Bonelli, directora Ejecutiva de la Unidad de Evaluación Integral de la Calidad y Equidad Educativa del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, centró su presentación en la planificación educativa ante la caída acelerada de la natalidad a partir de la valoración de evidencia, oportunidades y respuestas estratégicas desde la gestión.

“En Argentina, hay un fenómeno sin precedentes de aceleración desde 2015, con una caída de 41% en los nacidos vivos en los últimos 10 años. En CABA, la caída fue del orden del 45% entre 2013 y 2023”, señaló.

Bonelli realizó un repaso a algunas tensiones y dilemas críticos para el planeamiento educativo. De este modo, se preguntó: “¿Cómo gestionar la contracción sin deteriorar la inversión y calidad educativa?”.

Además, se refirió a la reducción desigual de la demanda educativa a nivel territorial, que a su entender requiere de respuestas adaptadas a los distintos escenarios.

Con respecto a la expansión de la oferta, afirmó que es necesario reforzar la educación obligatoria a partir de la refuncionalización de recursos y la oportunidad de fortalecer la oferta en los tramos no obligatorios y en el nivel Inicial (1 y 2 años).

Más adelante, la especialista mencionó algunas condiciones clave para que la caída de natalidad se convierta en una oportunidad real. “La oportunidad debe ser liderada políticamente y planificada con proyecciones subnacionales desagregadas, lo que requiere de sistemas de información robustos”, sentenció.

También destacó que otra de las condiciones esenciales consiste en no recortar la inversión, sino en reinvertir los recursos de manera eficiente para resolver los desafíos vinculados a la calidad educativa, enfocándose en el retorno de la inversión en el nivel Inicial.

Por último, instó a evitar la sobreoferta de docentes, mediante la planificación de la reconversión y reasignación de personal docente (maestros de apoyo o parejas pedagógicas) y de la alineación de la oferta de formación docente con la demanda futura.