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Educación Integral en Sexualidad como derecho humano de infancias y adolescencias

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En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que se celebró el 25 de noviembre, la Red de Género de la ANEP, organizó la XVII Jornada Educación y Género, que este año centralizó su actividad académica en la educación sexualidad como derecho humano de infancias y adolescencias.

Durante la jornada se presentaron tres ponencias: “Evidencias en Educación Integral de la sexualidad. Desafíos Educativos” a cargo de la Dra. Alejandra López; “Sexualidad y entornos digitales: desafíos para la educación sexual” a cargo del Dr. Pablo López y “La Educación Integral en Sexualidad como factor protector ante la Violencia Basada en Genero facilitada por las tecnologías” a cargo de la Dra. Valeria Ramos.

También se mostraron dos experiencias sobre la temática en centros educativos de Educación Media. Una experiencia corresponde al trabajo realizado en la ciudad de Rivera a cargo de la profesora, Yisel del Pino (“Recreos informativos” en los liceos 3 y 4 de Rivera y “Ciclo de talleres escolares” en la escuela n° 109 y liceo 3 de Rivera). La otra experiencia se desarrolló en el liceo IBO de Montevideo (“Cultivando semillas de diversidad: una experiencia desde sexto de Agronomía para toda la comunidad educativa”) a cargo de las docentes Marianela Catarino y Jimena Caridad.

En la apertura de la actividad, la consejera del Consejo Directivo Central (Codicen), Dora Graziano, sostuvo que “la educación de la sexualidad es un derecho de niños, niñas y adolescentes contemplado en el sistema educativo que se vincula al desarrollo de un estilo de vida saludable”. “Educación integral porque abarca no solo el cuerpo, sino también lo cognitivo, psicosexual, y la afectividad”. Agregó que “es fundamental una articulación entre los subsistemas y un abordaje específico de acuerdo a la población. Es imprescindible considerar el desarrollo cognitivo y psicológico de la población destinataria”.

La funcionaria comentó que “en una metodología por competencias se debe atender prioritariamente las relaciones intrapersonales en el marco de respeto mutuo. Es muy importante el trabajo coordinado de los centros educativos con los docentes y las familias; ya que los niños y adolescentes provienen de un contexto familiar con determinadas particularidades que el sistema educativo no debe desconocer”.

Graziano consideró que el rol docente es fundamental “en la relación didáctico-pedagógica y en los recursos educativos a utilizar” y entendió que “los centros educativos son espacios de convivencia entre todos los integrantes de la comunidad educativa en un vínculo ineludible con las familias”.

La consejera finalizó su oratoria haciendo referencia a palabras del psicólogo, Jean Piaget. “La personalidad se logra cuando la autonomía del individuo tolera la autonomía de otros individuos”. “Respetemos pues la autonomía de los seres humanos y su derecho a una vida digna, libre de violencia y a una educación integral en armónica sintonía entre los centros educativos, familia y comunidad”.

Diversidad e inclusión 

Por su parte, la directora de la Dirección de Derechos Humanos (DDHH) del Codicen, Gloria Canclini, recordó que las “las jornadas buscan acercar herramientas, reflexión y evidencia a los equipos docentes, multidisciplinarios y actores que están en los territorios”. Esta jornada en particular “recoge el espíritu de los artículos 8 y 9 de la Ley de Educación que hacen referencia a la diversidad e inclusión y a la participación”.

Sostuvo que la “política educativa transversal de derechos humanos, contenida en el Plan Educativo de la ANEP, plantea como objetivo desarrollar y fortalecer una educación en derechos humanos con énfasis en valores de convivencia, tolerancia, respecto, educación para la salud, la sexualidad, y la alimentación saludable”.

En ese sentido, explicó que la “educación sexual es un derecho de niños, niñas y adolescentes y una condición indispensable para el ejercicio de otros derechos y para el desarrollo integral y saludable de su personalidad. Brinda conocimientos, competencias y habilidades para la vida. Es un factor protector ante la violencia y el abuso sexual y es clave para el establecimiento de vínculos saludables, para el auto y mutuo cuidado, la toma de decisiones, la prevención de las infecciones de trasmisión sexual y el embarazo no intencional en infancias y adolescencias”.

Afirmó que es importante que “el sistema educativo y las familias trabajemos juntos en acompañar el proceso y la evolución del desarrollo de nuestros y nuestras estudiantes como un factor importante de protección; es importante que reciban información de calidad y que se transmitan valores a través de la educación sexual”.